Tengo una debilidad para los móbiles. En realidad, para todo lo que se pueda colgar. Si fuera por mi tendría toda la casa llena de chucherías colgando de los techos.
Me gusta cómo se mueven con el viento, o el brillo que tienen cuando la luz les da de alguna forma determinada.
Otra cosa que tengo por toda la casa son cristales que compré hace un tiempo en el barrio chino de Belgrano. En este momento cuelgan tres en mi casa, todos frente a ventanas a las que en algún momento del dia les da el sol. El cuarto se llena de lucecitas de colores... es mágico; me da ganas de sonreir!
