domingo, 21 de agosto de 2011

Envidia...


No es ninguna novedad la envidia que siento por esta gata. Más ahora, que nuestras mañanas transcurren sin presencia de chicos en casa, Chavela ya no se limita a sus siestas matutinas escondida en el placard. No, ahora se despatarra en cualquier lugar de la casa donde pegue algún rayo de sol. Principalmente en el cuarto de arriba, el de la terraza, ahi donde yo tengo la computadora, donde trabajo. Y donde le acomodé una piel de corderito ahi donde a ella mas le gusta estar. Porque envidió un montón a ese animal... pero con amor!